Muchos de ustedes seguramente han visto esta tendencia en Redes Sociales, principalmente en TIKTOK. Las cinco cosas que nunca haría como: y mencionan el área en la que tienen experiencia. No hago Tiktoks (aún), pero teniendo más de veinte años en la materia, no pude resistirme a escribir esta publicación que espero sea de utilidad. Parecería mentira que estas cosas suceden, pero créanme que es bastante común y son muchas veces el origen de una cascada de problemas legales que pueden costar mucho daño.
Nunca iniciaría una nueva obra o actividad sin antes analizar sus potenciales impactos ambientales y haber conseguido los permisos y autorizaciones correspondientes.
“Más vale pedir perdón que pedir permiso” es el lema que aún prevalece en la mente de quienes les gana lo urgente a lo importante y empiezan ya sea una obra nueva, una ampliación o un cambio en sus procesos sin tomar en cuenta las gestiones que se deben realizar en materia ambiental con amplia anticipación.
Nunca iniciaría un trámite de tipo ambiental sin conocer a fondo las implicaciones del mismo. A veces se piensa que es muy sencillo iniciar este tipo de trámites y que basta con llenar algún formato encargándolo a personal que no está plenamente capacitado o que no ha comprendido del todo la naturaleza del proyecto ni la responsabilidad que conlleva. Esto a veces se traduce en gestiones de permisos que no corresponden al proyecto, que se realizan ante autoridades no competentes o solicitando un tipo de autorización que no es la indicada. Revertir estos errores puede costar muy caro y llevar más tiempo del que se piensa.
No capacitar continuamente a mis colaboradores.
La capacitación continua siempre será necesaria para prevenir problemas, pero es importante que esta capacitación sea entregada con al menos estos dos requisitos:
a) que quien capacite sea un experto en la aplicación del tema y
b) que transmita su conocimiento de manera estructurada y adecuada para una audiencia adulta, diagnosticando lo que falta, evaluando lo que se aprendió y motivando a un aprendizaje más profundo.
Confundir el tener un buen canal de comunicación con tener una buena comunicación.
Me refiero particularmente a la comunicación entre el corporativo y la planta.
Existen empresas en las que hay un mundo de distancia entre las plantas y su corporativo. En estos casos, las plantas perciben al corporativo como una figura muy lejana en relación con lo que éstas enfrentan a diario. El resultado: falta de reportes o reportes a medias de lo que en realidad está pasando en la planta, sentimiento de una falta de respaldo por parte del corporativo y por lo tanto temor a informar problemas o errores, descontrol, resistencia, oposición de decisiones etc. Crear un ambiente de comunicación requiere de un trabajo estratégico y bien planeado.
No tener una cultura ambiental clara y bien permeada en todos y cada uno de los colaboradores de mi empresa.
Existen muchas herramientas que ayudan a reflejar la cultura ambiental en la empresa, entre las que encontramos las certificaciones internacionales, las certificaciones o reconocimientos por parte de las autoridades, así como los discursos, desarrollo y descripciones de la política ambiental. Todos estos esfuerzos son muy positivos y han comprobado resultados favorables, pero también se sabe que no son suficientes. Los procesos están hechos para los sistemas, no para la conciencia; los valores ambientales deben ser claramente asimilados y más aún, manifiestamente vividos por todos los que forman parte de tu empresa.
Estas son solo unas pocas cosas que se me vienen a la mente y que nunca haría como directivo, CEO, o responsable de una empresa en cuanto al tema ambiental, pero todos sabemos que hay muchos más errores que se viven cotidianamente en esta práctica. Te invito a reflexionar cuales son las que tu recuerdas y cómo podrías prevenirlas.
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